Los conflictos y los desastres como los terremotos, las inundaciones o las sequías causan cada año el sufrimiento y la perdida de vidas y enseres a miles de personas en todo el mundo. Intermón Oxfam estamos presentes en África y Latinoamérica atendiendo a las personas vulnerables en las crisis humanitarias. Aquí explicamos qué hacemos en los países afectados para atender las necesidades básicas y reducir la vulnerabilidad de las personas ante futuras crisis.

miércoles, 16 de febrero de 2011

“La vida es increíblemente difícil y precaria en Afganistán"

Ashley Jackson, responsable de incidencia política de Oxfam en Afganistán, reflexiona sobre su experiencia durante los dos últimos años en el país.

¿Qué está haciendo Oxfam en Afganistán?
Oxfam lleva tres décadas trabajando en Afganistán y, actualmente, está presente en 20 de las 34 provincias del país, a menudo a través de nuestros socios locales. Trabajamos en proyectos de desarrollo a largo plazo, en especial en las zonas más pobres y remotas del país. Además, en ocasiones Afganistán se ve afectado por graves desastres naturales como inundaciones, sequías y terremotos. Cuando esto sucede, proporcionamos ayuda humanitaria de emergencia.

Como Responsable de Incidencia Política de Oxfam en Afganistán llevo a cabo labores relacionadas con cuestiones que afectan a los ciudadanos afganos de a pie, como la protección de civiles y la mejora del impacto de la ayuda internacional para garantizar que ésta llega a quienes más lo necesitan. Debemos asegurarnos de que las voces y las preocupaciones del pueblo afgano sean escuchadas altas y claras en medio del debate político y militar.

¿Cuáles son algunos de los mayores cambios que has visto?
La seguridad se ha deteriorado gravemente. Yo vivo en Kabul donde la situación es relativamente segura. Sin embargo, cuando llegué podía viajar sin mayores dificultades, ahora es más difícil. Existen algunas zonas a las que Oxfam, como otras ONG, ya no puede viajar o en las que ya no puede trabajar, y así es mucho más difícil llegar hasta aquellas personas que realmente necesitan nuestra ayuda.

18 millones de dólares de ayuda al desarrollo ¿Por qué, sin embargo, las personas son aún tan pobres?
Aunque la ayuda ha marcado una verdadera diferencia en las vidas de muchas personas, muy poca ha llegado a aquellas que más lo necesitan. Mientras el conflicto se agrava, muchos países ligan cada vez más la ayuda humanitaria a sus objetivos militares bajo la creencia de que así pueden “ganarse sus corazones y mentes”. Como resultado, muchas zonas pobres no reciben la ayuda que precisan porque son consideradas “seguras” o porque no hay tropas internacionales presentes allí. Así, mientras el despliegue de un soldado americano en Afganistán cuesta al año aproximadamente un millón de dólares, durante los últimos siete años se ha gastado una media de 93 dólares por afgano al año.

¿Qué tipo de proyectos de acción humanitaria funcionan mejor?
Los proyectos más efectivos que he visto a lo largo de estos dos años son normalmente sencillos: proyectos llevados a cabo por las ONG locales en el terreno y desarrollados de acuerdo con las necesidades del pueblo afgano y, a menudo, liderados e implementados por ellos mismos. Incluso si se trata de un sencillo proyecto para el suministro de agua o la construcción de una escuela en una comunidad, he podido ser testigo de impresionantes resultados y de cómo comunidades enteras se beneficiaban. Y me ha impresionado el compromiso de las personas en este tipo de ONG. Son realmente trabajadoras y se entregan al cien por cien a lo que hacen.

¿Cómo está ayudando Oxfam a la población afgana?
Afganistán es el segundo país más pobre del mundo, de acuerdo con las cifras de la ONU. Hasta un 80% de la población depende de la agricultura, o de actividades comerciales relacionadas, para sobrevivir. Oxfam trabaja duro para ayudar a las personas a que puedan salir de la pobreza.
Lo hacemos de diversas formas. Ofrecemos capacitación a los agricultores; ayudamos a construir escuelas, carreteras y letrinas; proporcionamos agua limpia; y proporcionamos formación y capital inicial para abrir pequeños negocios. Estamos presentes en algunas de las zonas más pobres y remotas del país, como Daikundi y Badakshan.

En Daikundi, no hay carreteras asfaltadas y sólo algunas escuelas cuentan con un edificio en el que dar las clases. Pero como el conflicto no está activo en la zona, los donantes proporcionan muy poca ayuda. La vida es increíblemente difícil y precaria, e incluso una mala cosecha puede desencadenar una situación de crisis. Ayudamos cuando hay escasez de alimentos o desastres naturales como inundaciones. Pero nuestra labor principal se centra en ayudarles a hacer frente a las causas subyacentes de la pobreza y, en última instancia, reducir su vulnerabilidad ante estos desastres.

En los próximos días, subiremos la segunda parte de la entrevista.

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