En Puerto Príncipe, capital de Haití, no dejan de sucederse nuevos temblores desde el terremoto del pasado 12 de enero. Paco Cumbreras, nuestro técnico en Agua y Saneamiento, nos describe uno de ellos.
Hoy por la tarde estábamos sentados en unos bancos de cemento del patio de un instituto de secundaria, el Lycée Toussaint Louverture, donde hablábamos con la gente del comité sobre el próximo traslado de todas las familias a otro lugar que se está acondicionando. Ayer, después de un casi enfrentamiento entre la gente albergada y los alumnos del instituto, llegaron a un acuerdo verbal con el director del centro para repartirse el espacio del patio entre las familias y los jóvenes que ya están impacientes por comenzar las clases.
De pronto, sentí como si el banco de hormigón macizo se quisiera levantar. Toda la gente que estaba reunida, casi 20 personas, nos callamos, nos miramos, nos levantamos y empezamos a correr. El banco estaba pegado a una pared de dos plantas de altura. Cuando me levanté y di el primer paso miré hacia atrás y todavía estaba sentada Ruth, una mujer de mi equipo que trabaja conmigo para traducirme todo lo que hablo del francés al criollo.
En esos momentos, que fueron pocos segundos, la vi que no se podía levantar; la agarré por la muñeca y, con ese gesto, pudo levantarse y seguirnos a todos.
Nos alejamos unos cinco metros y todos mirábamos al edificio, por si acaso se caía o tuviera una nueva grieta.
Salimos de esa zona, donde hay algunas casitas hechas con material de escombro, y el patio del instituto estaba repleto de gente, todos riéndose, pero con una sonrisa un tanto nerviosa. Tras unos comentarios, que más bien eran gestos, sobre lo que había pasado, las conversaciones volvieron a lo normal; simplemente se eludía el tema.
En este post no hay foto. No encuentro ninguna imagen que pueda ayudarme a describir para ti esa impresión de hoy.
Y a continuar... que para eso aquí estamos.
Post publicado en Actualidad Mapamundi de El Periódico
Los conflictos y los desastres como los terremotos, las inundaciones o las sequías causan cada año el sufrimiento y la perdida de vidas y enseres a miles de personas en todo el mundo. Intermón Oxfam estamos presentes en África y Latinoamérica atendiendo a las personas vulnerables en las crisis humanitarias. Aquí explicamos qué hacemos en los países afectados para atender las necesidades básicas y reducir la vulnerabilidad de las personas ante futuras crisis.
jueves, 6 de mayo de 2010
La réplica de hoy
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